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A sde a CoxTrRA LA MURMURACION. 143 wne las voluntades , y derrama por todas partes la union , la paz y la caridad. Pero si en vez de conformarnos con los de- signios de Dios en -el uso de nuestra lengua , la hacemos ser- vir á nuestras pasiones, ¿de quántos males no se hará instru- mento? Sean testigos de esta espantosa verdad Jos juramen- tos falsos *, que tantas verdades desfiguran , tantas menti- ras defienden , tantos procesos embrollan , tantos inocen- tes coridenan , y tantos otros perjuicios ocasionan : sean tes- tigos las maldiciones freqiientes , las blasfemias mas escan- dalosas , los testimonios y declaraciones mas injustas , las ca- Jumnias mas atroces , las detracciones , las sátiras , las men- tiras , con todos los demas excesos de nuestra lengua, que forman un mundo entero de iniquidad-, como decia el após- tol Santiago (a). Excesos que Dios nuestro señor 'nos pro- hibe, y contra quienes expresamente -nos manda estar en vela , para que no nos sorprehendan, y sea nuestra caida ca- si irremediable: Attende ne forte labaris in lingua :: et sit cg sus tuus Tasanabilis in mortem. Excesos que todo el mundo conoce, que todo el mundo abomina , y que todo el mundo lastimosamente comete : excesos inexcusables delante de los cielos y la tierra , funestísimos en esta vida y en la otra, y que propagados entre las gentes , han llenado de condenados el infierno en'toda la dilatada carrera de los siglos. Persuádome que os hareis cargo de que no vengo á ha- blar contra todos los vicios que dimanan de la lengua. Esto sería abrazar una materia interminable ; y. ántes se nos aca- baria la vida que el asunto. Verdad es que el Espíritu sánto manda guardarnos de todos , porque todos pueden precipi- tarnos en la muerte eterna ; pero el vicio, contra él que diz rigiré esta tarde mis palabras , es aquel feo y abominable pe- (3) Universitas iniquitatis. Epist. D. Jacobi , e. v. v. 6.