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De LA ETERNIDAD. 135 ta y nueve mártires, y en un momento logra la quadra- gésima corona, que habia perdido el otro: O altitudo di- vitiarum sapientiz, et scientie. Dei (a)! O 'incomprehen- sibles caminos, éinvestigables decretos de la misericordia y de la justicia de Dios! En un momento baxa el uno des- de las puertas del cielo hasta lo.mas profundo del infierno; y en un momento sube el otro desde-las- puertas del infier= no hasta la gloria, recibiendo ámbos un decreto, aunque encontrado en:su destino, irrevocable en-su' duracion , de eterna bendicion para el uno, de una maldicion eterna pará el otro. , Pobrecillos- pecadores de «mi. alma , advertid que,en es- tos breves y: trabajosos dias que vivis podeis reprimir vues», tras pasiones , podeis lorar los desórdenes de vuestra vida, podeis hacer frutos dignos de penitencia ,. y. podeis alcan> zar la gracia y amistad de vuestro Dios; pero: apénas la eternidad os. envuelva en sus inmensos::senos; apénas el de- creto' de* vuestro eterno destino se pronuncie, ya el tiem- po de arrepentirse se acabó , ya la penitencia es imposible para vosotros; y á la ¡parte que el árbol cortado se incline, y caiga, ¿bi erit (by, allí permanecerá por Jos siglos de lososiglos::: ¡O decreto irrevocable! ¡qué espantoso: y qué terrible eres! ¡Dios no se mudará jamas! ¡el pecado no se perdonará jamas! ¡el alma no morirá jamas! ¡el infierno no se apagará jamas! ¿Adónde acudireis entónces , pobrecillos pecadores? ¿Acudireis 4 Dios? Es inmutable. ¿A vuestro co- razon? Ya es inmutable. ¿A” vuestro destino? Ya es inmu- table. ¿Acudireis á los santos , á losángeles, á la Virgen, madre de Dios, y reyna de los ángeles y santos? ¡ Ay, que tarde acudireis! Ellos se alegrarán entónces con el cas- (a) Epist. D. Paul. ad Rom. c. x1. v. 33- (b) Eccles. €. xx. v. g:

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