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114 SermoN IV. en los bayles , tus manos tan libres y atrevidas en sus accio- nes , y tu cuerpo tan acostumbrado á los criminales placeres: Per que peccat quis, per hac, et torquetur. Dios fué testigo, ó adúltero , de aquel tu infame comercio , que mantuviste con tus palabras indecentes , con tus solicitudes torpes , con tus regalos malignos , con tus promesas iniquas , con tus visitas escandalosas. El será tn juez, que te hará escuchar eterna» mente los gemidos inconsolables de los condenados , sus hor- sibles blasfemias , y sus furiosas desesperaciones : Per que Peccar quis, per hec , et torquetur. El Omnipotente fué testiz go ocular de tus escándalos , de tus amancebamientos , de tus abominaciones , hombre sacrílego , quando sin la menor fe; sin rastro de pudor , y con una insolencia é impiedad formi= dables , colocaste al ídolo de Venus en el templo de Dios vi- vo , mandando concurrir á la cómplice infeliz de tus desórde- nes á la participacion de los divinos misterios , que manchaba con sola su vista , que injuriaba con su contacto , y que lle- naba de ignominia con su lengua; pero si él fué testigo de tu abominable conducta , él será juez que te arroje para siempre en aquel estanque fétido y horrible lleno de fuego y azu- fre , como lo afirma san Juan en su Apocalipsi(a). El señor Dios , decia el apóstol san Pedro ; reservará en su juicio pa- ra ser atormentados á todos los pecadores , pero muy parti- cularmente á los que se dexan arrastrar de los vicios de la carne (b). Allí vuestros ojos, mirando fuego : vuestras manos, tocando fuego : vuestra boca , gustando fuego : vuestro cuer- po , corazon y alma , ardiendo como tea inextinguible en lla- mas de eterno fuego , experimentareis el dexo amargo de ' ta) Fornicatoribus.. et omnibus mendacibus pars ¡llorum. Apocal, €. XX1. v. 8, (b) Magis autem eos qui post carnem. in concmpisc. D, Pet. epist. 11. €. 1. Y. 10.

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