BCCPAM000538-3-03000000000000

roo SermoN IV. vuestra proteccion y amparo para que mis palabras sean puras , mis expresiones limpias , y todos mis afectos san- tos : esta gracia os suplico me alcanceis de Dios , miéntras que yo voy á demostrar las tres verdades que acabo de proponer. L PENAS TEMPORALES. Antes de manifestar en esta primera parte las formida= bles penas temporales con que Dios nuestro Señor ha cas- tigado en todos los siglos á los que viven encenagados en el vicio de la deshonestidad , es menester evidenciar, aun- que sea brevemente, la espantosa deformidad de su peca- do, no sea que se persuadan que las penas son exágera» das Ó excesivas. Nada ménos, amados mios. No hay ex- ceso ni exágeracion en las verdades eternas. Por ellas sa- bemos que la deshonestidad es un pecado contra Dios, contra Jesuchristo ,* contra el mismo que le comete, y contra sus próximos: un pecado á quien todas estas cir- cunstancias hacen á la verdad horribilísimo. Digo que es un pecado contra Dios, porque viola su templo santo, que son los christianos , como lo decia el grande após- tol san Pablo. ¿No sabeis, les decia el santo 4 los fieles de Corinto: no sabeis, que sois templo de Dios vivo (a)? ¿ignorais que el Espíritu santo habita en vosotros? Se- pan pues todos los christianos que Dios los perderá eterna- mente , si manchan su templo santo, que:son ellos mismos. Así manifestaba el apóstol la fealdad de- este pecado, que tan derechamente se opone á la santidad de Dios. Con no menor vehemencia le predicaba el mismo apóstol, como un pecado contra Jesuchristo. Vuestros cuerpos , decia el san- (a) Vescitis quia. templum Dei estis. Epist. Paul. x. ad Corint. C. 1. Y. 16,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz