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2. (5) piedad allí lo considera ) porque no debemos prevé- 'áxir el dictamen de nuestra Santa Madre la Iglesia, 4 quien como Depósito de la verdad está reservado lo infalible de este Juício. A él, gustosisimo , y con to- da voluntad sujeto el mio , protestando, como hijo de tan buena Madre , y que en serlo tengo mi mayor gloria , y complacencia ; que a quanto diga de algu- na accion recomendable , ó virtuosa del Difunto, no quiero se le dé mas credito de aquel que merece una fé humana, y muy falible , no obstante , que no re- lacionaré cosa alguna , «que 0 no viesemos todos en el, 0 no esté afianzada con las formalidades , que re- quiere lo delicado delasunto. Mas tampoco , sin fal- tar gravemente á la Ley de la caridad , y de la justi- cia, lo contarémos entre los Reprobos , y Precitos; porque carecemos de sólido fundamento para asegu- rarlo asi. En efecto: no vimos al Señor Dean , que siguie» se el consejo de los Impios: que anduviese por el ca- ¡mino de los Pecadores : mi que tomase asiento, 0 “tuviese parte en la pestilencial cátedra , o doctrina de los errores , y libertades de nuestro en pretension ilustrado, y en verdad tenebroso siglo: no puso su corazon en <l oro, ni su esperanza en los tesoros del dinero : ño pensó como el rico avariento ensanchar; 0 ampliar sus gralieros' para acumular en ellos mas riquezas: no vistió delicidamente , ni comió con la esplendidez , que el rico Epulon , dexando al pobre en