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ER «despues: de una muerte pesima serán arrojados de su Divina presencia , y de la participacion de su mise- ricordia ,2la manera que un furioso viento esparce, «y sacude el polvo de la superficie de la tierra : nose escrivirán con los Justos: serán borrados del libro de los vivientes , y sumergidos en el estanque de fuego , y azufre, que es la muerte segunda , donde se les dará tanto-de tormento, y pena , quanto tuvie- ron acá de deleyte., y gusto , y donde rechinando los dientes, y llorando con lagrimas irremediables, conocerán , aunque tarde ,su yerro , y padecerán el ¿usto castigo de su culpa. Y bien , Señor; ¿en qual de estas dos suertes contarémos al sugeto de esta oracion , y a aquella Al- zna , por quien ofrecemos a Dios estos solemnes de- “votisimos sufragios ? ¿En qual de ellas se hallará el Señor Don Miguel Carrillo , Canonigo de esta Pa- triarcal, y Metropolitana Iglesia de Sevilla , Dignisi- mo Dean de este Ilustrisimo , y siempre venerable Cabildo , Governador que fué en Sede vacante de este Arzobispado , y Caballero de la Real distingui- da orden del Señor Don Carlos Tercero , que Dios guarde ? ¿ Qué suerte le hayrá cabido? ¿Qué destino le havrán dado? ¿ Si será digno de amor , d de odio ? ¿ Vaso de honor ,ó de contumelia? ¿Réprobo con Esaú, 0 electo como Jacob? ¡Ah! quien puede saber- lo ! Nosotros lo ignoramos: y por tanto no podemos referirlo entre-los Justos., y Santos ( aunque nuestra $ mM. a t $ Due huen- a A ee NERPOSTT ' z. Ñ TATI Ar