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| (56) enlos oficios Divinos, en sus solemnés funciones, pa» ra que no sean abominables , odiosas , y molestas al Señor como aquellas de que se quexa por Isaias: (1 ) Quanta decencia en el culto 5 quanta exáctitud en sus ritos', y quanta pureza en el uso de los vasos sa= grados, para evitar los castigos de Oza, de Nadab , y Abíu : quanta gravedad , interioridad , y pausa en el eanto de la Psalmodia,para que no oygan algun diaz aufer a me tumultum Carminum tuorum. (2 ) Quanta perfeccion en fin en sus obras de piedad , de religion; y de virtud, para que siendo verdaderamente justas; merezcan en la muerte su descanso. De no ¿qual se- rá la muerte de un Canonigo? ¿Qual su juíeio? ¿Qual para siempre su destino ? Si un Job, conside- randose en el Tribunal de Dios, temía , y rezelaba aun de sus acciones mas consumadas , y perfectas», ¿ qué seguridad , qué merito hallarémos , 0 que espe= ranza nos darán aquellas, que quando no en el todo,en alguna parte fueron defectuosas , y culpables?;¡ Ah! que confusion, y congoxa ha!lar sus manos vacías, los que abundaron en riquezas. ! ' De esta intrinseca perfeccion es la extrinseca 11» sepirable. Mal llenaría el fondo de bondad , que cor» responde ,y debe hallarse en la observancia de un precepto” quien no lo executase con la plenitud, y complexo que piden sus cireunstancias. Dios há mam da- 8 1 (1) Isai. 1614 (2) Amós.5. 33.