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(42) de los bienes Eclesiasticos debe reducirse a solo aque: lo , que para el vestido , y sustento nos fuere necesa» rio conforme a lo que enseña el Apostol. (1 ) La abundancia , el luxo , lá vanidad; y la razon de esta: doson tan agenas de un Eclesiastico consagrado 4 Dios , quanto propias de un seglar , amigo , y partk dario del Mundo, y que con él ha de perderse. Se ha- ría sin duda de su numero, en el pecado , y en sus penas , aquel Sacerdote , que en lo precioso del vestk do , en el fausto de su casa , y €n la ostentacion de su persona se le asemejase. Que impropio sea , y que ageno de su carácter este modo de manejarse se infies re de la terrible exclamacion del Santo Amós: Ve qui opulenti estis in Sión ::: ingredientes pompátice do- | mum Israél ! (2 ) No en esto, síen el ornato , y €xX- | plendor de la virtud consiste la razon de estado de un | Canonigo , dice el Sto. Concilio de Aquisgran ya re- | ferido. ( 3 ) Ni el gastarlo asi, ni enriquecer, O levan- | tar con ello a mayor fortuna a los propios parientes, ni tampoco atesorarlo , ni menos expenderlo en usos | malos , y profanos es en manera alguna permitido. Mii P. S. Bernardo llama rapiña , y sacrilegio toda aquella porcion , que fuera de lo preciso se reserva, retiene , y guarda sin repartir a los pobres, (4) y San- A AAA —_—_ o Pc la) 1. Thim. 6. 8... (2) Amós. 61. (3) Concil. Aquié ran. aden. $16.c. 124. Ap. Harduin ubi supr. ó g pan. 4 Ap- A Pp (4) Epust. ad Fulconen. Canonicnm que est. 2. NUM. 1 la

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