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44 e | las mecesidades de sus proximos para de “sué Féntas remo: diarlas, y de practicarlo asi nos dió repetidos testimonios¿ bien es verdad , que por ser su caridad tan notoria, rara vez daban lugar los pobres a que los buscase: por lo co- mun excedian estos en numero, quando no ¿su generosí- dad, y magnanimo corazon, si a sus rentas, arbitrios, y facultades, tanto que, no obstante de ser crecidas, y quantiosas, se vió empeñado, y adeudado en algunos tiempos, y ocasiones por favorecerlos, y ampararlos, Creible es lo hiciese asi llevado de que en ello agrada- ba a Dios, y que esta fuese su divina voluntad. Es inconcuso que nuestras Operaciones necesitan ser, para su perfeccion, y merito, segun la voluntad de Dios, y sus Divinas, e immutables disposiciones. Estas no son otra cosa, que aquella Lei eterna con que, como primera, y principal regla, debemos en. todas ellas precisamente conformarnos; es doétrina del Angelico Maestro. (1) La veluntad de Dios, es, dice San Pablo, que atendamos a nuéstra santificacion- Para su logro nos propone el mismo Santo Apostol aquellas tres especies de voluntad en Dios en que se contiene toda la perfeccion. Oigamos sus pala- bres bien profundas. Reformamini in novitate sensus vestri: ut probetis que sit voluntas Dei bona , O beneplacens, Y perfeéta. (2) Renovaos siempre en la virtud para confor maros con la voluntad de Dios buena, agradable , y per- eíta : es decirnos, ser esta:la regla , y medida de nuestras acciones, la fuente, y:el origen de toda virtud, y santi- tidad ¿2vla qual nue.tra voluntad ha de atenerse para lle- gara ser perfectos. ( 3.) La voluntad buena en Dios expli- ca un Expositor Ínsigne es, que atendiendo 4 nuestro es- tado seamos puntuales en sus Leyes. La de agrado , qué con AA E OY $. Thom. 1.00. QUESt. 93. art, 1. in corpore: (2) Rom. 12, R. (3) Alapide commentin 12. Roñ. Pag. 197. lit D. col.

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