BCCPAM000538-1-09000000000000

| A El mísero desterrado ¡Por la eternidad el tiempo! ¡Eternidad! ¡Cuán inmensa Te abarca el entendimiento! Tú eres valla do á estrellarse Va el orgullo del soberbio: Quien bien te mira avasalla Sus pasiones y deseos; Pecar no puede el que siempre Te lleva en el pensamiento. Las penitencias y ayunos Que practica el buen fray Diego, Los trabajos que le impone La vida de misionero Y el celo con que ejercía Su sagrado ministerio, Su escasa salud minaron Y aniquilaron su cuerpo. —Que se cuide —le decían Amigos y compañeros, Y él contestaba con gracia: —Ya descansaré en muriendo: Me decís que no trabaje, Porque así la vida pierdo; Y cuando yo reflexiono Lo perdida que la llevo, Digo: ¿qué será del alma A A o a cl as ¿Ees de ES: y AA AA be” A E dr e

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz