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Dos luces la misma mecha, Dos perfumes una rosa, Ni dos llamas una hoguera. No cambie de confesor; Y si le asalta esa idea, Deséchela, que es hechura De Lucifer, que la tienta. Ame en Dios y por Dios todo, Cumpla fiel la santa regla, Y no deje su camino, Que va por muy buena senda.— Consultó la religiosa Cuanto la aflige y la inquieta, Y desató sus mil dudas Del Padre la infusa ciencia. Cuando la tranquilizó Y en gozo trocó su pena, Le dijo en tono inspirado Hermosas frases proféticas; Y bendiciéndola en nombre De la Trinidad suprema, Mientras relámpago extraño Deslumbra á la absorta lega, Desparece el padre Cádiz Como rápida centella. ¿Fué fray Diego en cuerpo y alma

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