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— 096 — El grande prodigio Á todos espanta, Y adquieren sus frutos Por ello tal fama, Que á precios muy altos Vendió calabazas. Gaucín, Estepona, Casares y Málaga Hicieron de ellas Reliquias preciadas. Con grande entusiasmo La fe las propaga, Y para remedios La gente las guarda. Un siglo ha pasado, Y aun hay calabazas En forma de panes, Que curan y sanan. Ni un año la fértil Provincia de Málaga En huerta y jardines Olvida sembrarlas; Y como fray Diego Virtud les prestara, Los males alivian Del cuerpo y del alma: