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A 20 MES DE ENERO remonías y funciones sagradas por una uncion santa, sím- bolo de la uncion celestial con que fue ungido Jesucristo. els Asi este Señor es Sacerdote eterno segun el orden de Mel- ml chisedec , dice David (Ps. 109:), que consuma en el Cie- Mé yn lo:el sacrificio que ofreció en la tierra. Pontífice Santo, y dice el Apostol ( Heb. 7. 28.), inocente, separado de los pecadores , y mas elevado que los Cielos , quien se ofreció g á sí mismo por los pecados de todo el mundo: — 2 2 Es MIO Rey soberano: este reino es espiritual y eterno, que co= ne y e mienza en la tierra, y se perfecciona en el Cielo; yen AN A consecuencia ejerce admirablemente el oficio de Rey.— mi 39 Jesucristo fue el gran Profeta que Dios habia de le- vantar en medio de nosotros (Deuter. 18. 15.), y 4 quien 7 nos manda oir : Profeta, que vino al mundo para instruir Ú á su pueblo,y dar la ciencia de la salud en remision de sus pecados , para iluminar á los que vivian en las tinie- blasy en las sombras de la muerte, y dirigir nuestros pa- sos en el camino de la paz. ( Luc. 1.) Su nombre de fe- e sus, venido del Cielo, nombre dulcísimo , lleno de sua- vidad y consuelo, y que significa Salvador, en quien es- tá vinculada nuestra salud y remedio. Por esta filiacion divina y esta generacion eterna esta- mos obligados á creer en Jesucristo una santidad inefa- hi ble, y asi David en el Salmo 67 le llama el Rey de las Mi virtudes, como Dios es su fuente y único principio ; co- ml mo Hombre es el ejemplar perfecto, y el que las mere- ció para todos los hombres, que si ellos se aprovechan de ellas serán Santos ayudados siempre con su gracia. Y asi S. Pedro tuvo por Jesucristo virtud para ser piedra fun- damental de su Iglesia: S. Pablo, para alumbrar á los gen- y tiles: los Apóstoles, para sembrar la doctrina celestial: 4] los Mártires, para sostener su verdad: los Doctores, pa- ra enseñarla: los Confesores, para negarse á sí mismos: las Vírgenes, para conservar la pureza: todos deben es- tas victorias á Jesucristo que es el Rey de las virtudes, y con estas joyas preciosas ha adornado su Iglesia; en fines nh infinito é inefable en Santidad, y siendo tambien una