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372 RESOLUCIONES ETC. el contrario 'abomino, y procuraré que tambien' abomi=> nen, y no lean ni se haga aprecio de aquellos libros que condena nuestra Madre la Santa Iglesia, porque es bien patente y claramente manifiesto que los efectos de las doc- trinas que en ellos se contienen, no son otros (ademas de la condenacion de las almas) que la rebelion, el derra- mamiento de saggre, las desgracias. ézc., la guerra y no la paz. ( Bibliot, de Relig. t. 20. pág. 294-) Asi lo.hem os visto, lo. vemos, y tambien lo veremos siempre que se permitan semejantes libros. Sus autorés y sus secuaces ó son unos ignorantes, ó son unos crueles: son ignorantes, seducidos de sus pasiones, porque no advierten que sus doctrinas necesariamente han de producir aquellos funes- tos efectos por la mucha libertad que dan al pueblo para obrar la maldad, porque los inducen á la desobediencia del altar. y del trono, al desorden y. rebelion 8rc. 8zc. Si no,son ignorantes son.los mas maliciosos y crueles , por- que conociendo aquellos males se complacen en ver der= Tamar sangre humana éc. y ser sus inicuos autores (en dicho tom. Bibliot. de Relig. pag. 296.) Se dice hablando de los Jausenistas : Que si los Fansenistas llegan un dia á ser los mas fuertes , luego aluego. se verá levantar un tri» bunal de sangre y de ignorancia * Esto se ha verificado en * El editor del Año literario , núm. 34. 5 de Octubre de 1789, desarrollando mas unas expresiones de Rousseau (que aunque enemigo de nuestra religion) dijo contra los fansenistas. [ Es digno de leerse este tomo 20 de la Biblioteca de religion.) En el se halla la célebre carta de la Marquesa de Rochefort+ á la Condesa de Molle, una y otra HAamencas , en la cual le manifiesta los motivos de su sumision á la Bu- la Unigenitus, esto es,á los mandatos y disposiciones de nuestra San- ta Madre Iglesia , y la exhorta á someterse tambien á ella, Esta Marquesa de Rochefort se hallaba bajo la direccion de los Jansenistas, y con sus perversas doctrinas le perdieron su alma, y tambien su salud corporal : pues cabilando de dia y de noche en lo que de decian , se le llegó á pegar la calentura, hasta que la divina amo- rosa Providencia le proporcionó un Capuchino, 4 quien le comunicó 10» do lo que le pasaba con las doctrinas de los Fansenistas: el Capuchi no la consoló , hizo confesion con él , y en breve recobró la salud de su
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