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357 MES DE DICIEMBRE La fé, la razon, el consentimiento de los Hombres, unos deseos que sentimos en nosotros misinos para procu- rar nuestra existencia , nos manifiestan que tenemos una alma espiritual, inmortal yy que durará eternamente. Y pues eres inmortal, Óó hombre, y tu alma se ha de jun- tar con tu cuerpo en la resurreccion general, que si has muerto en gracia y amistad de Dios, será tu resurreccion gloriosa para gozar del Señor y de aquellas dulzuras eter- namente ; pero si has muerta en la desgracia del pecado mortal, recibirás en cuerpo y alma los tormentos eter- nos del infierno, siempre, jamas : siempre padecer, ja= mas alivio. Somos inmortales, y asi Dios es nuestro fin: nos ha criado para que gocemos inmensos bienes en el Cielo: nó debemos ambicioriar nioguna cosa de este mua- do. El título de inmortalidad de que estamos adornados; la consideracion de lo que ahora «somos; y lo que espera- mos ser , nos hace despreciar riquezas, honores, empleos, hermosuras, y cuanto este mundo ofrece á nuestros sen= tidos. Este título hermoso, que está grabado en nosotros, vale mas que todos los monarcas de la tierra, mas que todos los tronos, y no hay cosa .en el mundo que le iguale,, Cuando el hombre se halla animado de estos elevados pensamientos , entonces muda de ideas, aborrece la “va- nidad y cuanto le lisonjea en esta vida digna del mayor desprecio; pone en su lugar pensamientos nobles, gran= des, ilustrados ; correspondientes á la.alteza , fin y digni- dad de su alma; entonces.se conoce y se estima como es debido, y ama y estima de veras la virtud ; y teme des- honrarse con el horror infame de los vicios, se llena de intenciones puras, ocupa el tiempo en santos cristianos ejercicios, huye de la esclavitud-del pecado y de las vea- siones de cometerle. No quiere envilecerse con el asque- roso ropage de las pasiones: mira con el mayor desprecio las cosas humanas, como tan futiles, tan inconstantes, tan engañosas, tan vanas 8rc. tc. El hombre que está posei- «do de las ideas de Dios y eternas delicias, es como un poderoso potentado, que ocupado de grandes objetos;