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Dra 15 DE RETIRO. 349 lo destruye, lo aniquila; y hace un Dios privado de cién= eia, de poder y de justicia: (S:. Bern. Serm. 3. de Resur.) El 9. son los funestos efectos que produce el pecado en el alma: el pecado le hace perder, por un placer momen- táneo, la gracia, la caridad y los dones del Espíritu San- to, el fruto'y- mérito de las. buenas obras: la priva de la amistad de Dios y del derecho al Reino de los Cielos: le causa vivos remordimientos en la conciencia : la hace es- clava del demonio , y le da la muerte. El ro. es la infa- mia que acarrea el pecado á los hombres, pues los hace despreciables , de modo que llegan á ser la fábula de los demas, y se divierten en cantar canciones por su cuenta: (Mich. 2.) 11. Es una lepra asquerosa con que se cubre la alma; y como los contagiados de este mal deben ser separados de los demas para que no se contagien , asi los que estan manchados con la lepra del pecado , deben ser separados para que no manchen á los demas y los pervier= tan. 12. Ultimamente debe considerar el pecador que to- dos sus pecados los conoce Dios, que: ha sido testigo de ellos, y que al fin le tomará una cuenta muy exacta de todas sus acciones, que serán manifiestas á los Angeles y á los hombres, que recibirá una gran confusion de ellos, y que despues será condenado á las penas eternas. Mas el solo y único remedio de evitar esta terrible sentencia, es llorar cada uno sus pecados , detestarlos y hacer peniten- cia de ellos. Asi lo hacemos , gran Dios de las misericor= dias: decimos de lo íntimo de nuestro corazon que nos pesa de haberos ofendido. Dios mio , antes que incurra en pecado , véame despo- jado de mis bienes, aborrecido por mis parientes, des- preciado por mis amigos, perseguido de los enemigos, y escarnecido por el mundo; múdese toda mi gloria en confusion, mis placeres en penas, mis esperanzas munda- nas en humo, mi alegria en tristeza, y mi carne en pol- vo antes que yo os ofenda. Véame inundado del diluvio de desgracias y males que derramasteis sobre el Santo Job, antes que pierda vuestro amor; viva yo, y muera