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208 MES DE NOVIEMBRE en el viage de Belen, en el de Egipto, y vuelta, en la vi- da, pasion y muerte de su Santísimo Hijo. Imitemos á la Señora en todas las virtudes para conseguir la vida eter- na. Ási sea. Considera, lo segundo, que Jesucristo no vino al mun- do para abolir la ley y los Profetas, (S. Mat. 5:) sino pa- ra cumplirla y perfeccionarla. 1. Añadió al horror que se tenia al homicio; que 4 nadie se dijesen palabras injurio- sas: 2. Que seamos fervorosos, y con recta intencion en el obrar: 3. El adulterio es un pecado muy grande; pe- ro Jesucristo dijo que un solo deseo impuro hace culpa- ble 4 uno de adulterio: 4. El menor pensamiento impuro se debe desechar, porque el mas ligero consentimiento en este pensamiento es un pecado mortal. La pureza que el Señor pide es tan delicada, que un hálito la ensucia, y el menor soplo la empaña. 5. Si tu ojo derecho te escanda- liza, arráncatelo , quiere decir, sí Jo que te es mas apre- ciable : te es ocasion de pecado , aunque sean tus padres ézc., huye sin dilacion, cueste lo que costare. 6. Apát- tarte de todas las ocasiones peligrosas, porque el que ama el peligro ,' perecerá en él. 7. Todo divorcio está proscrito, y el matrimonio es indisoluble, 8. Los juramen- tos vanos estan prohibidos. 9. No jurar mas ni por el Cie- lo, ni por la tierra, ni por otra alguna criatura: conten- taos con decir, esto es asi, esto no es asi. 10. Habeis oido que está dicho, ojo por ojo y diente pot diente: y yo os digo que no hagais resistencia ; si acaso os maltratan, si- no que si alguno os hiere en el carrillo, le presenteis el otro: el que os quisiere poner pleito por la túnica, alar- garle hasta vuestra capa; y si alguno os ruega que andeis mil pasos para servirle, andad dos mil mas por amor 4 él. De este modo quiero qué la caridad y la mansedum- bre hagan vuestro caracter. ( Se continuará.) ¡ O doctrina amabilísima de Jesucristo ! si fueras observada: se aca- barian las disensiones, los pleitos, las guerras árc. entre los hombres, y reinaría una paz inalterable. Procuremos nosotros cuanto esté de nuestra parte observarla para