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DIA 15 DE RETIRO. 979 mucha gente, que armaban mucho ruido y voces des- compuestas; y le renovaban las burlas, escarnios y des- precios. Pero nada podia perturbar su paciencia y cons- tancia en padecer por nosotros: se abrazó con la cruz como un querido esposo, comio se dice en los Cantares: (3. 11.) amó la cruz luego que la vió; estendió 4 ella sus amorosos brazos, y la abrazó con el mayor gozo, constancia , paciencia , resignacion y ternura , como dice el Profeta (Ps. 18. 6.) y San Pablo á los Hebreos, (11. 2.) echañdo de sí todas las ¡ideas de afrenta y de dolor, y Caminando con ella, tirándole de la soga que llevaba al cuello, aquellos inhumanos hombres le hicieron caer en tierra. En la calle de la Amargura encuentra á su Purísi- ma Mádre, y quedaron los dos corazones penetrados del mas vivó dolor y y juzgando aquellos infames hombres que nuestro amantísimo Jesus no podia llegar vivo al Cal- vario , para que se cumpliesen sus perversos deseos alqui- laron 4 Simon Cirineo para que le ayudase á llevar la eruz. Y la Verónica; viendo al Señor tan fatigado, de- negrido su rostro con sangre , polvo, salivas , sudor, tu vo aliento para romper por tan amotinado concurso á limpiarle, y por premio de su piedad logró sacar en tres dobleces del lienzo tan divino rostro. Luego cayó nuestro amantísimo Jesus en tierra segunda vez al salir hácia el Calvario por la puerta Judiciaria, y los sayones obstinaz dos duplican los tormentos, y levantando al Señor, y ca- minando para el lugar del suplicio advirtió que unas pia” dosas mugeres lloraban por verlo en tan lastimoso esta- do, las consoló y las enseñó á que llorasen por sí y por los pecadós del mundo. Caminando y ya cerca del sitio de la muerte, cayó nuestro dulcísimo' Jesus la tercera vez en tierra, atropellado de aquella inhumana gente. Asi nuestro amabilísimo Redentor; con el mayor trabajo, con la mayor ignominia , con la mayor constancia llevó la cruz. Mas considera, alma cristiana, que la indecible pena- lidad con: que Hevó. la cruz sobre sus hombros nuestra