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> ou» CDU ca de (XXIV) | una. memoria, y esa humana: una Persona, y esa divina. Y este mismo Señor Dios y Hombre verdadero está en el Cielo sentado 4 la derecha de Dios Padre, y en el San- tísimo Sacramento del Altar, el mismo que recibimos cuando comulgamos; y como se concibió, y nació de Santa María Virgen, esta soberana Señora es verdadera Madre de Dios y Hombre verdadero, que es Jesucristo, Asi lo creemos y confesamos. A este soberano Misterio concurrieron todas tres Personas; y aunque todas tres tienen el mismo poder, sabiduría 'y amor, las divinas Letras atribuyen al Padre las obras de la Omnipoteacia, al Hijo las de la Sabiduría, y al Espíritu Santo las del Amor; y asi en esta inteligencia concurrió 4 este sobera- no Misterio el Padre con su Poder, el Hijo con su Sa-= biduría, y el Espíritu Santo con su Amor; y por ser esta obra de tan grande amor, se le atribuye al Espíritu Santo, Creo que este divino Señor Jesucristo padeció y murió en una Cruz verdaderamente para salvar y redimir á los hombres: creo que descendió á los infiernos:- creo que resucitó al tercero dia de entre los muertos : creo que subió 4 los Cielos, y está sentado á la derecha de Dios Padre: creo que el dia del juicio ha de venir 4 juzgar á los vivos y á los muertos, á cuya venida todos los hom- bres y mugeres han de resucitar con sus mismos cuerpos, y se juntarán con sus mismas almas; y los que murieron en gracia, irán en cuerpo y alma al Cielo; y los que murieroa en pecado mortal, irán en cuerpo y alma al fuego eterno: creo la Santa Iglesia Católica, la comunion de los Santos, el perdon de los pecados. Esta es la fé ca- tólica, la cual si alguno no creyere fiel y firmemente, no podrá salvarse. Creo cuanto me manda creer esta Santa Iglesia , y estoy dispuesto á creer cuanto me mandare ahora y en adelante, y obedecerla , porque es á quien corresponde declarar como á verdadero y único juez, lo que debo creer.