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DIA 14 VISPERA DEL DE RETIRO. 103 habia. llegado 4 ¡Nazaret de vuelta de Jerusalen, cuando un Angel se apareció en sueños á San José, y le dijo de parte de Dios, que se levantase al instante, que tomara al Niño y á la madre, y huyera á Egipto, y que no vol- yiera sin una orden expresa del Cielo, porque va á suce- derle , añadió, que Herodes buscará al Niño para quitar= le la vida; y asimno hay que perder tiempo. Levantóse, tomó la Madre y el Niño, y partieron para Egipto por el camino menos trillado y mas oculto, huyendo de He- rodes, y por eso mas penoso; pasaron por Jerusalen y por junto. 4 Belen, á Hebron; de Hebron á Gaza, y de Gaza al Cairo; y en este viaje andaron los divinos cami- nantes como ciento y diez leguas, gastando en esta jor- nada el espacio de dos meses, como dice San Buenaven- tura : y siendo esta jornada como á los principios de Fe- brero , les fue muy molestosa y llena de temores, pare- ciéndoles que los seguian los verdugos mandados por el impío Herodes para matar al Niño; iban por montes y arenales no conocidos, y que caminaban á tierras estra- ñas, y tratar con un caracter de hombres fieros y bra- víos. Al entrar en Egipto todos los ídolos del pais se hi- cieron pedazos con la presencia del Señor de los Señores, y todos se admiraban con los resplandores de virtud que salian de aquella divina familia. Entretanto Herodes man- dó degollar todos los niños que no llegaban á la edad de dos años, con la cruel intencion de degollar al Niño Dios, y el erudito Salmeron dice que el número de las víctimas degolladas inocentes á honra del Salvador fue cerca de catorce mil. Permaneció la santa familia en Egipto hasta la muerte de Herodes, esto es, un año con poca diferen- cia; pues habiendo muerto infelizmente este tirano po- cos. meses despues de haber mandado degollar los niños inocentes, el Angel del Señor se apareció en sueños á Jo- sé, y Je dijo: Toma el Niño y la Madre, y ve á la tier- ra de Israel, porque han muerto los que buscaban la vi- da del Niño. Levantándose José, tomó el Niño y su Ma- dre, y vino á la tierra de Israel; y oyendo que Arquelao 32