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178 MES DE JUNIO Amemos, pues, 4 Dios para conseguir aquella paz, que no puede dar el mundo, ni sus riquezas, ni sus ho- nores, ni sus deleites, ni cuanto tiene en sí. Venid Phma- dores del mundo; haced la experiencia , y vereis la dife- rencia que hay entre los deleites que disfrutan los que aman á Dios y los que aman al mundo; vereis la dife- rencía que hay entre los dos Señores; y desengañados en breve de los falsos placeres que ofrece el mundo, solo habeis de querer gustar de las castas delicias del amor divino. ¡Ah, qué dulces coloquios siente la alma, cuando sabe que Dios la estima, y que está bien con su Mages= tad ! El pecador, temeroso con su mala conciencia, siem- pre está lleno de miedo: teme que, si le coge la muerte en aquel estado, es irremediable su condenacion, ÁAme- mos á Dios para conseguir la gloria, Asi sea. Sentencia. El hombre debe distribuir Ps. 118. v. 10. Por eso yo procuro Tus mandatos seguir y agra- darte Con un corazon puro: No permitas me aparte De ellos, ni que jamas lle- gue á olvidarte. Saeta. Muchos con menos pecados que tú estan hoy condena- dos, el tiempo en el cumplimien- to de sus obligaciones; dar buen ejemplo, y vivir cris- tianamente; y entonces no disipa el don de Dios. Faculatoria. ¡O qué pobre es el que vive sin: Jesus! ¡O qué rico es el que está bien con Je- sus! CONSIDERACIONES DE MARIA SANTISIMA nuestra Señora, ¿+= De su Purificacion y Presentacion del Niño Dios en el Templo. Considera como la Santísima Virgen y su castísimo Es- poso Sr. San José, que habian observado puntualmente el

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