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174 MES DE JUNIO Hagamos verdadera penitencia de todos nuestros peca- dos, antes que llegue la terrible hora de la muerte : llo- remos delante del Señor para que nuestra alma no apa- rezca en el juicio de Dios ligada con sus culpas, sin que pueda zafarse de ellas, porque entonces ya no es tiempo de arrepentirse; y así antes que llegue la hora de la.muer- te es preciso llorar las culpas y confesarlas bien. No ha- ciéndolo asi, y saliendode esta vida con los pecados, es- tos le causarán á la alma la mayor confusion, y la re- ducirán al mayor despecho, que le hará caer en la ma- yor desesperacion , acordándose de lo que padeció el Se- ñor por ella, y no haberse aprovechado de este benefi- cio, y no haber hecho penitencia de ellos. El demonio, nuestro mas implacable enemigo, acusará á la alma que no ha hecho penitencia; este atrevido traidor , que aho= ra para pecar facilita la misericordia del Señor, enton- ces pedirá contra la alma la justicia mas rigurosa; le acu- sará su conciencia. Pues para eyitar una desgracia , que no la hay mayor que salir una alma en, pecado. mortal de este mundo, porque va á parar á los infiernos para siempre, y para siempre separarse de la gloria, donde se goza de Dios, de Maria Santísima , de los Augeles y de los Santos. Digamos de veras que nos. pesa una y mil ve- ces de haber ofendido 4 un Señor tan digno de ser amar do, y que tantos beneficios nos ha hecho y nos hará co- locándonos en la gloria. Que queremos vivir y morir en la santidad para acompañarle eternamente. Ási sea, PUNTO IL * Fruto. Considerarme siempre delante de Dios para no pecar Kc, * Sacaré por fruto de este Retiro el considerarme siem- pre delante de Dios para no pecar. Este Señor está pre- sente en todas partes, y penetra hasta los senos mas ocul» tos del abisino , y registra todos los siglos con solo una mirada. El demonio es muy astuto, y uno de los artifi-