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146 MES DE MAYO ble de la tranquilidad de la alma por la union que tiene con su Dios, que es la fuente de toda delicia ; asi el pe- cado es causa de la contínua inquietud , porque lo sepa- ra de aquella fuente inagotable de placeres, y su concien- cia en un contínuo remordimiento; que continuamente le está atormentando, dándole horrendas voces amenaza- doras de la ira de Dios, y los justos castigos que ha me- recido por su ingratitud y contumacia. De aqui una an- siedad y turbación contínua , una rabiosa carcoma, que es una participacion del mismo infierno. El pecador se halla asustado y lleno de pavor, porque ve armada contra sí la divina justicia, que sizno se enmienda descargue so- bre él y caiga en los profundos infiernos. Asi decia S. Agus- tin que este desconcierto, en que se halla la alma del pe- cador, es su mayor pena. O Dios de las misericordias, recibid nuestras lágrimas de dolor de nuestros pecados, y haced que vivamos y muramos en la gracia para conse- guir la gloria. Asi sea. : PUNTO IT. * Fruto. Mirar siempre al pecado como causa moti- vo de las congojas de nuestro Redentor, para nunca Co” meterlo Éc. * Sacaremos por fruto de este Retiro el mirar siempre el pecado como causa de las congojas de nuestro Redentor esucristo , para nunca mas cometerlo. El amor que de- mos tener al Señor nos obliga á separar de nosotros to- do lo que pueda causar estas congojas. San Pablo dice que los pecadores desprecian , atormentan y crucifican á uenne cuanto está de su parte; (Hebr. 6.6.) y como os judios eligieron 4 Barrabas, y despreciaron á Jesus, asi los pecadores eligen mas bien seguir sus pasiones, que la doctrina de Jesucristo, porque quien peca ama mas á las pasiones que al Señor. Por tanto , Señor, abominamos el pecado, y queremos seguir vuestra admirable doctri- pa, que es la que nos conduce á los eternos gozos de la gloria. Haced, Señor, que la consigamos. Asi sea.