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144 MES: DE MAYO culo y de aquella ciudad:ingrata de Jerusalen; y ani- mando-4'sus discípulos , les dijo: vamos á la batalla, y dirigiendo sus pasos por el torrente Cedron, subió al mon- te de las Olivas, símbolo de la misericordia y de la paz, y que ya habia sido testigo muchas veces de las fervoro- sas oraciones que este divino Sacerdote habia dirigido á su Eterno Padre por la'salud de los hombres. En este monte habia un huerto retirado que eligió el Señor para la misteriosa oracion que hizo á su Ererno Padre antes de entregarle al poder: de las tinieblas. Puesto el Sobera- no Maestro en-el lugar donde habia de tener su oracion, apartado de sus discípulos, y. aun de aquellos tres que escogió para las glorias del Tabor, se retiró como un tiro de piedra: para dar lugar 4 todo pavor y tristeza, no quiere admitir el poco alivio que le podia causar la compañía de sus discípulos amados; quiere dar entrada á la borrasca en un lugar sombrío, y solo donde no haya amigos que le animen, ni discípulos que le consuelen. Aqui se arrodilla el Redentor,del mundo, se postra, y junta su rostro con la tierra; y con esta respetuosa posi- cion clama con la: dulce palabra.de Padre. para inclinar su misericordia: amorosa y tierna palabra para alcanzar gracias en favor de los hombres; se entristece de tal ma- nera, que obrando el -espíritu'con una fuerza impondera- ble sobre la carne agoviada con el peso de tanta pena, se abren los poros «de $u delicadísimo cuerpo, y le hacen derramar arroyos de «copiosísima sangre, que regó aque- Ma venturosa tierra, ¡Alli se acongoja nuestro Redentor por el conocimiento de 'nuestras culpas, ya en comun, ya en particular de-cada uno. Se aflige ¡por la viva aprehen- sion de los estragos «que «estas han «causado y causarian en las almas, y de lo que habia de padecer sin culpa pa: ra rémedio de los pecadores. Clama ¿4:su Eterno Padre á ver-si era posible libertarle de ¡unos tormentos tan atro- cesy de la muerte de «cruz tan «cruel y «afrentosa ;..mas el Padrer para cumplir los eternos decretos, le dice que es preciso morir: y padecer por los hombres, y le manda