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140 MES DE MAYO cias de su oficio y de los bienes incomparables de su Es- posa. Alegrábase tomando en sus brazos á Jesus, acari- ciándolo y dándole besos con la mayor veneracion y res- peto. Se confundia y se llenaba del:mayor gozo, vién- dose condecorado con una dignidad sobre todos los San- tos, y aun sobre todos los Angeles. Se alegró viendo á los pastores entrar en la cueva, adorar al soberano Niño, de cuyo rostro salian rayos de hermosura divina, pos- trándose en tierra con grande humildad y reverencia, y ofreciéndole sus rústicos dones, venerándolo como á Sal- vador y Mesías. Saquemos- nosotros estos mismos afectos de esta consideracion , y trabajemos sin cesar para con- seguir la gloria. Asi sea. 1] CONSIDERACION II. Sigue la Caridad del Sr. San Fosé, y el 8. testimonio de nuestra santa Fé, esto-es, de la conversion del mundo á ella. Considera cual sería el amor y Caridad de San José hácia Dios, pues con ella obligó al Señor 4 que le corice- diese mas y mas grados de amor; pues, segun aquel prin- cipio constante de San Agustin, que si Dios nos ama, es porque nosotros le amamos; y amándonos, nos ha de co- municar precisamente su fuego para que nosotros le ame- mos mas y mas. A San José desde el principio distinguió Dios con los dones mas extraordinarios; y en esto le ma- nifestó un amor sin semejante. (exceptuando su Santísi- ma Esposa Maria Santísima nuestro Señora.) Asi debemos persuadirnos que le abrasó y penetró con su divino fue- go el mas alto; y de esta manera se vió obligado José á amar á Dios en tan alto grado, que solamente Maria le excedió. Alcanzadnos, ó Santísimo Patriarca, del Señor que tambien le amemos en el grado que podamos, y que aumentemos este amor hasta entrar en la gloria. Asi sea, Considera , lo segundo, el octavo testimonio de nues-

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