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116 MES: DE-ABRIL +; dos cuantos males nos afligen en este, mundo ; y 4: los pe» cados atribuye San Basilio ; predicando á los fieles de Ca- padocia , la grande esterilidad que amenazaba la ruina de los campos por la espantosa aridéz de la tierra , que provenia de la funesta serenidad de tiempo , sia llover ni presentarse ¡una nube. (Hom. 8..in divit. avaros.) Lo ter- cero, el pecado nos hace dignos de castigos eternos :.es- to es la mayor desgracia que nos. puede suceder, el que nos coja la muerte en, este estado , porque entonces va- mos á los infiernos, donde eternamente careceremos de.la vista amabilísima de Dios y. de sus delicias, que á los jus- tos comunica.ea la gloria; y seremos ato rmentados con unos tormentos incomprehensibles de, un horrible: fuego, el mas activo y penetrante, gusanos roedores y animales ponzoñosos , quese ceban en. el desgraciado condenado, mortificándole sin cesar, eatre unas tinieblas universales y compañía de demonios. y demas condenados, sus ¡im- placables enemigos. Finalmente la enemistad y odio de Dios, este es el tormento mas horrible , que.no :se puede explicar y que excede á toda ponderacion y á todo tor- mento. O Dios mio, detestamos los pecados , nos pesa de haberlos cometido , y rogamos- por .la conversion de tantos pecadores que se hallan ciegos en este miserable estado. Os suplicamos que todos acabemos nuestros dias en la gracia santificanté para conseguir la gloria. Asi sea. PUNTO Il. * Fruto. Amor al padecer, y horror á la vida deli- ciosa, * Señor, sacaré por fruto de este Retiro amor al pade- cer trabajos, y horror 4 la vida deliciosa. Los discípulos deben seguir á su maestro. Alma: mia , Jesucristo es nues- tro. maestro , y asi es preciso conformarnos con su doc- trina y con sus obras, como dice San Agustin ( in Salm. 55+).Es una arrogante temeridad el querer lograr la glo- ria sin. trabajos y aflicciones. Nuestro divino Maestro nos

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