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108 MES DF ABRIL tud es necesaria la Esperanza y confianza en Dios, que alienta y esfuerza el corazon, y lo eleva á las cosas ce- lestiales y eternas; pero en este dia de Retiro mas parti- cularmente hemos de confiar en Dios por medio de la oracion , para no desmayar en el camino de la virtud, pidiendo 4 Dios con grande confianza el soberano auxi- lío. Asi dice el Señor por Santiago: (c. 1.) si alguno tie- ne necesidad de alguna cosa , lléguese á la oracion, y al- canzará lo que mas le convenga para el bien de su alma con confianza. Invoquemos, pues, al Señor por medio de la Santísima Virgen María, y pidamosle que nos alcance de su Magestad una santa vida y una santa muerte para conseguir la vida eterna. Asi sea. Considera lo segundo , el 8.” testimonio con que se con- firma la verdad de la Fé, y se descubre la virtud del san- to Evangelio, y es la conversion del mundo á la misma Fé, Antes de la predicacion del Evangelio estaba toda la rodondéz de la tierra , salvo un rincon de la Judea, cu- bierta con las tinieblas de todo género de horrores, aban- donado el culto del verdadero Dios, adorando por dioses á las criaturas corpóreas y 4 los demonios: unos adora= ban por Dios al sol, á la luna, á las estrellas: otros, 4 hombres viciosos : otros, á serpientes, gatos y Otros gé- neros de animales; otros á los árboles y plantas, y otras criaturas mudas. A estos dioses falsos ofrecian en sacrificio hombres vivos, y 4 sus propios hijos, que sin tener cul» pa, los degollaban y quemaban , porque asi querian los demonios , que hablaban en los ídolos; y de aqui abraza- ban todo género de vicios muy enormes, que , como di- ce el. sabio, salen de la idolatría. (Sap. c. 4.) Y en este estado tan miserable vino Jesucristo al mundo , y plantó su Iglesia ; escogió Apóstoles, y despues de la venida del Espíritu Santo salieron de Jerusalen estos pobres hom- bres, sia mas armas que las del Cielo, para que todo el mundo conozca su virtud, y como soles para derribar la idolatría; convirtiéndose innumerables gentes 4 la Fé de Jesucristo , dejando los ídolos y sus vicios, y abrazando