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— 102 a: MES DE 'ABKIL atravesando todos los intervalos en ud momento; retro- cede en un instante, y sube á-la mas reinota antigiiedad, y registra cuanto han hecho los hontbres , aunque sea lo mas memorable. Prevé y reflexiona sobre lo venidero con las ideas que tiene adquiridas, por el tiempo que conoce, pao cluye la idea de la eternidad, calcula el movimiento 19743 qg,16s astros, y rodea el-mundo todo. Aun hace mas: compréhende de alguna manera, en sus altos conceptos, el iafipito , y forma de él una-idea, que nada tiene de cómug'con cuanto le rodea, por ser finito y limitado co- amo élla. ¡O necios filósofós incrédulos? ¿ por qué deseais vivestra aniquilación? Será porque no' teneis valor ni fuerza para ser inmortales; pero aun, á pesar vuestro, os presentareis en el tribunal de Jesuetisto , y sereis juz- gados de vuestra «incredulidad ; poned remedio desde ahora; que teneis tiempo para vuestra salvacion, porque entonces, cuando esteis delante del supremo Juez, ya ho téñeis remedio? no sigais mias tienpo en vuestra ce- guedad: vivid sujetos 4 la moralidad. | Nosotros creéimos y confesamos que nuestra alma es eterna: Creemos la resurrección de la carne y la vida per- durable, y que, si guardamos la ley del Señor hasta morir en su observancia, el premio es la gloria; y si morimos en pecado martál, el castigo es el infierno. Mas ¡Óó gran Dios, qué confusion es para el pecador, que ingrato desobede- ce vuestros mandamientos. ¡Los Ciclos obedecen vuestra poderosa voz en la creacion, y siempre' constantes 'obe- deciendo vuestras leyes. El sol, la luna , los planetas ha- -«cev lo mismo. Las aves en los aires, las bestias en la tier- ra y los peces en el mar: jamas quebrantan el precepto que les habeis impuesto. Los frutos , las yerbas, las flores, en fin todas las criaturas obedecen:á su Criador. ¡O peca- dor! tú solamente eres el traidor, que no quieres obede- cerá tu Dios; siendo asi que el bombre es la mas privi- legiada delas criaturas, y que es” poco menos. que los Angeles: arroja de tí- la infame bestia del pecado ,' obe- dece al precepto del amor de: Dios que su Magestad te