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DIA 15 DEL RETIRO. 85 presidente y sus acusadores de su profundo silencio. Pa- decia, dijo David, por lo que nada debia; callaba para mas padecer, y porque este silencio era necesario para conseguir victoria del pecado; calla y sufre ser acusado por conseguir triunfo del pecado; sufre ser sentenciado como malhechor por causa del pecado; calla y se hace maldito por nosotros; (Ad Gal. 3-13.) se humilla hasta la muerte, sufriendo en todos sus miembros las penas que correspondian á los miembros de los pecados de los hombres: recibe espinas en su cabeza por la soberbia de estos, clavos en sus manos por su avaricia, azotes en-sus espaldas por su impureza , hiel en su boca por su gula, clavos en sus pies por su pereza. Para salvar á todo el hombre, dice el P. San Bernardo (Serm. 3.) expone su cuerpo á tantas injurias y tormentos. ¡O mostruosa deformidad del pecado! que has hecho callar y padecer tantos y tan espantosos tormentos al mismo Criador de todas las cosas. Considera, alma mia, parte por parte el estrago que ban causado en el inocen- tísimo Jesus tus culpas, para que las mires con el mayor horror. Mandaba el Señor 4 Ezequiel (43.= ro.) que mostrase á los que habian profanado el templo , el hor- rendo pecado que habian cometido , para que se confun- diesen y avergonzasen de sus culpas y pecados. ¿Y por qué nosotros no nos habemos de confundir de nuestros pecados, viendo el templo de Jesucristo profanado por ellos ? Sí, soberbio, llora tu vanidad y locura : avariento, llora tus injusticias y usuras: deshonesto, llora tus pro- fanas liviandades. Lloremos todos la imagen infame y horrible de la culpa,. pues tan costoso fue su remedio, nada menos que los tormentos y muerte del mismo Dios. Seamos reconocidos á tantos beneficios, y en recompen- sa lo que nos pide es que no le ofendamos. Hagamoslo asi para conseguir la gloria. Asi sea. 0 ze pes Sae id Ni

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