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> AA rr + E == 50 ¿MES DE FEBRERO confirma mas, y mas la verdad del Evangelio, y es la au- toridad y santidad de los Apóstoles y discípulos de Jesu- cristo que la enseñaron y dejaron escrita, que vieron y oyeron al Señor los prodigios y maravillas que obrá en confirmacion de su doctrina celestial y divina; y asi todo lo que han escrito se debe creer como á testigos de vista, y que tambien eran unos hombres sin malicia, sin poder mundano, sin industria , cautela ni sagacidad. Los hombres que con cautela y sagacidad quieren engañar á otros, son hombres muy malos, amadores de la mentira, de los intereses, de los honores , de: los vicios, y muy agenos de la virtud , y con el poder de las armas, y lle- nos de una vana sabiduría, pretenden vencer y seducir á las gentes. Esto no hubo ni pudo haber en los discípu- los de Jesucristo, como lo manifiestan sus escritos Menos de santidad y sin malicia; y ellos hablaron con tanto fervor y fortaleza en contra de los vicios y en favor de las virtudes, que no.temieron la crueldad de los tiranos, y murieron todos en defensa de la doctrina que enseña- ron, sin ceder un punto, con pasmo de todo el mundo, dando testimonio de santidad y sabiduría. El G.P.San Agustin, antes de su conversion , leyó los libros de los filósofos mas sabios, y especialmente los de los platónicos ; pero asi que su entendimiento se iluminó con los resplandores de la divina gracia, y se convirtió, leyó los libros del Evangelio, y halló la infinita distancia que hay de unos á otros, en verdad y en eficacia, y dice que asi lo experimentó en su corazon, y que fue una provi- dencia amorosa de Dios el que hubiese leido antes aque- llos libros de los filósofos , porque le sirvió de mucho es- ta lectura para permanecer cada dia mas firme en la Fé de Jesucristo , y aborrecimiento de aquella: sacando ca- da dia altos pensamientos de todas las virtudes, los que no podía concebir con la lectura de los libros platónicos ni de otros filósofos; y como los escritores eclesiásticos eran .hombres ,santísimos. y de purísimas costumbres, creía que no podia encontrar en ellos sino santidad y