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PREFACCION AL LECTOR, con:el argumento de la obra. — O — y, lector, Dios nos ha creado y nos ha redimido, y ha dado á todos los hombres una alma racional, sujeta á la ley para que en virtud de su observancia y de todos «us deberes consigan el fin para que fueron criados, que es gozarle eternamente en la Gloria; esta alma se siente con una propension irresistible hácia la eternidad, y á ocupar su entendimiento con un objeto eterno verdadero, y su voluntad con un objeto: bueno, y tambien eterno; porque vemos en este mundo, mientras la alma está uni- da al cuerpo, no se sacia su entendimiento, ni se llena su voluntad, porque las verdades de. este mundo , ni los bienes de la tierra son capaces de sosegar su entenidi- miento ni voluntad ; y por eso decia el grande $. Agus- tin, que estaba inquieto en esta vida hasta que descansa- ra en Dios. Ademas, si el alma no fuera inmortal, no ha- bria deberes, ni virtudes, ni leyes naturales, ni otras, y el hombre sería de peor condicion que los brutos. Aspiremos á esta Gloria eterna , que con la gracia del Todopoderoso podemos conseguirla. Este negocio, que es el que mas nos interesa, se ha de realizar entre Dios y nosotros; Dios, ayudándonos con su gracia, y noso- tros cooperando á ella. El Señor á nadie la niega, y está siempre tocando á las puertas de nuestro corazon,con.aque- lla pregunta que le dijo al paralítico: ¿Vis sanus fieri? (Joann. 5) Hombres, ¿quereis salvaros? Y así nuestra salvacion está en nuestra voluntad , como dice $. Alber= to Magno, in tua voluntate est. Y S. Gregorio Nacianci- no explica ,.que para salvarte; no necesitas de mas pre- cio ni trabajo, que tu propia voluntad: Hoc bonum so- lum voluntatis pretio tibi proponitur. Y el P.S. Gerónimo nos amonesta ( Ep. ad Paulin. dedit. histor, librad-fn,)