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provenga á la Orden, único título legítimo para la adjudicación de las Prelacias, sino por afi- ciones ó miras particulares y otros serviles res- petos. Quien vote, pues, impulsado como de principal resorte por el afecto al pariente, amiso ó compatricio, ó porque le halasa levantar una voluntad dúctil y manejable para acomodarla á su caprichoso programa, sepa que con toda razón se le apellidará aceptador de personas; como tal atropella más gravemente los fueros de la justi- cia que los defraudadores de haberes materiales y riquezas terrenas, pues los bienes espirituales de que priva á la Orden con su proceder aviesa- mente interesado, aventajan sobre toda ponde- ración al precio de los de este mundo!. Más indecorosa todavía es la norma que siguen los sobornadores, esto es, los que, lleva- dos de su afición al mando, procuran votos para sí mismos ó para otros, adoptando, en gracia al logro de sus anhelos, tácticas y procedimientos varios, ya suplicando con humildad á manera de indigentes, ya prometiendo bienandanza nunca vista, ora irguiéndose amenazadores augurando calamidades para la Provincia si los compañeros desvían su mirada del candidato por ellos pro- puesto, ora achicando y desluciendo las prendas personales de los que temen favorezca el éxito de la elección ó imputándoles falsamente defec- 1 Buls. Expos. Reg , pag. 446, n. 1.