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CAPITULO QUARTO. tra liberalidad, favoreciendo á una alma tan indigna , que aun el bablaros y el pele no sabe. Advierto lo quinto : Que debe procu- rar el Novicio no se pase todo el tiempo de la oracion en discurrir y meditar; sí que pensadas las circunstancias del pun- to Ó Misterio, debe cesar un poco el en- tendimiento , como mirando lo medita- do, y esperando que el Señor mueva la voluntad á formar algun buen deseo ó exercitar alguna virtud. Y en este caso, qualquiera movimiento de la voluntad á lo bueno ,se debe tener y apreciar como inspiracion divina ; porque en estos lan- ces es quando Dios las suele dar con a- bundancia. Pues si en alguna ocasion nos mueve el Señor repentinamente á lo bue- u0,sin preceder la meditacion ó reflexion de nuestra parte, es porque quiere valer- se entónces de su providencia extraordi-. naría. - Advierto lo último : Que es tan nece- sario y conveniente á un Novicio el a= prender bien y el exercitar con fruto la oración, que esta se puede poner por me-* dida de su aprovechamiento espiritual.