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CAPITULO TERCERO. | con quien habla , añadirá: ¿4 una bon- dad tan grande de mi Dios , á tantos tor- mentos por mí padecidos , no be de dar yo alguna satisfaccion ?. Prometo , Señor , por amor vuestro , vencer tal pasion que me do-- mina ; ofrezco bacer boy tal mortificacion, y exercitar tal virtud :expresando aquello que de parte de noche determinó sacar por fruto de la oracion; con la adver- tencia de prometer solo lo que haya de cumplir. Bien que podrá añadir : Qui- siera, Señor , y espero con vuestros auxí- lios , hacer por vos cosas mayores de las que abora ofrezco. - Ultimamente, ávivando la fe de que el Señor que tiené delante es liberalísi- mo, dirá: Yo os pido , Dios mio , me deis vuestra gracia para perseverar en los de- seos que he sacado Me esta oracion. Os su- co me deis vitoria en tal tentacion , que es la que mas me molesta; me hagais al- canzar tal virtud, que es de la que mas ne- cesito. Confio , Señor , alcanzarlo , aunque por mí nada merezco ; porque os lo pido por vuestra Pasion y muerte , por vuestra pre= ciosa Sangre , por los méritos de María Santísima vuestra Madre, por los de los

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