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5 > TRATADO PRIMERO. to que habia determinado ; esto es ,. log, azotes á la coluna. Primero se figurará al Señor atado á una coluna , desnudo en tiempo de gran frio , y que seis Verdu- gos con crueles azotes le están destro- zando sus espaldas , corriendo la sangre hasta la tierra. Esto es lo historial del punto que se ha de meditar , de que re- sulta ya al alma alguna compasion. Lo segundo meditará , que el que allí pa- dece tanto, es aquel mismo Padre á cu- yos pies se halla postrado ; aquel mismo Señor á quien adoran los: Ángeles en el Cielo , y quien gobierna todo el Univer- so, el qual sufre aquellos tormentos vo- luntariamente sin quejarse. Aquí movi- do el corazon á sentimiento, hará estas Ó semejantes jaculatorias: ¿Mi Padre, mi KRedentor , mi amabilísimo Dios es tan cruelmente azotado, y yo. no lloro de pena? 5El sufre tan inmensos dolores con tanta paciencia, y yo me lamento de mis. cortos. trabajos? Sc. Lo tercero pensará por quién padece, que es por nosotros , por librarnos del Infierno , y por. satisfacer nuestras culpas. Movido aquí el corazon «4 mas dolor , dirá: ¡Qué bondad , Señor,