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FUE tdi. A | DIALOGO TERCERO. - A lláron al principio las mismas dificulta= des que V.C. 8 Dice V.C. que no. be hacer ora= cion ni encuentra qué hacer en aquella hora. El Publicano puesto en un rincon á la entrada del Templo, no sabia hacer. otra oracion, mas que decir estas pala= bras: Señor , ten misericordia. de mí, que soy pecador ; y con esto solo agradó 4. | Dios y alcanzó lo que pedia. Si V. C, estos primeros dias no sabe otra cosa, - persevere á los pies de Christo, y mi- rándose como cargado de las culpas co- metidas , repita una y otra vez con hu- mildad : Señor , perdonadme estos peca=- dos + Señor, perdonadme estos pecados, Esto bastará para que le oiga, que no es Dios Príncipe , que sean menester para lograr audiencia muchos memo=- riales. Despues irá aprendiendo poco á poco las reglas que se dan en este libri=- to para la oracion ; con esto y los auxi- lios de Dios, que es el Maestro princi-- pal en este negocio, si tiene buenos de- seos, aprenderá luego á orar. - - - A Últimamente añade V. C. que le ale- gra entretenerse algun rato pensando en

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