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266 TRATADO SEPTIMO, cerle caminar á la virtud.-Si un cio , cometidos algunos defeétos, expe. rimenta uno como sentimiento ó ty; za de aquellas faltas , y una como re. prehension interiory vergiienza de hy. ber flaqueado , tambien se- halla aquíja inspiracion del «Señor, que ha en la conciencia este gusano remorde dor para que nos avise. La primera ing. piracion que da Dios á un alma, nace to talmente de su infinita liberalidad; pue ántes de ella de ningun modo pudo el alma prepararse para merecerla. Las de. mas inspiraciones que el Señor cada diz multiplica ,tambien tienen el orígen de su inmensa bondad ; pero cooperando un alma á las primeras , se prepara para le dé las segundas ; quiero decir,.que en vista de que el alma ha empleado bien unos auxilios, le da otros «mayores, 6 como en premio de su buena correspon dencia , Ó porque no halla impedimento para portarse con ella liberal... El camino regular de las inspiracio- nes es este : Si un alma coopera á las pri- meras, le da el Señor otras; y si seapro- vecha de ellas, se las va doblando, hasta