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CAPITULO QUINTO. 2 ban sin repugnancia aquellas cosas que en desabridas. El modo como esto debe hacerse se explicó ya en el Trata» do de las pasiones ; esto es , que el en- rendimiento premedite ántes los prove- chos que puede sacar el alma de aque- llas molestias , Cuya reflexion les quita- rátodo el mal gusto. Que piense tam- bien, que los trabajos son la moneda con que se compra el Cielo; y así, quanto mas penas lleve aquí padecidas un alma rel Señor, tanto mas gloria recibirá despues ; que se haga el cargo, que las - culpas se han de pagar precisamente, ó - enesta vida padeciendo esas fatigas mo- - mentáneas , Ó en la otra con un fuego a= - brasador. E Para que se animen los Noviciosá procurar esta virtud , deben reflexionar: Que el Rey de la Gloria , María Santí= sima nuestra Madre y todos los Santos - exercitáron la Paciencia en los muchos trabajos que padeciéron. Que en esta mortal carne no se puede vivir sin fati- ' gas ya interiores, ya exteriores ; el que no tiene enfermedades, tiene pesadum-= ' bres; si faltan trabajos en el cuerpo, hay ey z E 2 - o e a E A EA

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