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| CAPITULO TERCERO. 243 de éste conocimiento , conformándose la voluntad con él , se estima en poco á sí mismo, y desea que le desprecien to- dos , para que á cada cosa se le dé la es- timacion que se le debe , logrará la hu- mildad mas propia para los Novicios, que vinieron del siglo cargados de cul- pas,y que caen aun de presente n al- gunos defectos. De esta humildad interior, y conoci- miento de las propias miserias , han de tener orígen los aítos exteriores de hu- -millacion , para que sean virtud : por- que si tienen: otro principio , harán al hombre abatido, pero no humilde ; como sucedeá los que castigan por ladrones, los quales quedan infames , sin quedar por aquel abatimiento humildes. Me ex- plicaré: Confiesa un Novicio pública- mente sus defeétos quotidianos en el O- ratorio, y recibecon silencio Ja correc- cion del Maestro ; busca las cosas mas viejas para su uso; elige el último lu- gar y elexercicio mas baxo, 8c.Si to- do esto lo executa por el conocimiento que tiene de+su baxeza , y por el deseo de que los demas se pes con su ] 2

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