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CAPITULO “SEGUNDO. 203- nes oye mis palabras, y vé basta mis ín- timos pensamientos ; que estos actos de Fe les obligarán: 4 portarse, quando están solos , del mismo modoy con la misma circunspeccion , que quando se vén de- lante de la Comunidad. Esta virtud la quebranta el que niega Ó: pone duda en alguna de las verdades Católicas, y el que no hace aótos de Fe quando se ha= lla tentado, y con ellos podia vencer la tentacion; y tambien el que la tiene o- ciosa, no exercitándola en el tiempo que corresponde. La segunda virtud Teologal es la Es- peranza , la qual nos inclina á esperar a= quella vida eterna que hemos conocido por la Fe. Su objeto es el mismo Dios, . como infinitamente liberal y bueno para nosotros. Su exercicio consiste en los ac» tos de la voluntad , con que esperamos que el Señor , no desmereciéndolo noso- tros, nos dará la Gloria, y quantos au» xilios y medios necesitamos para alcan= zarla. Los Novicios sacarán una utili= dad grande para su alma de freqúentar los aétos de la vírtud de la Esperanza; pues les darán ánimo para llevar con