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CAPITULO PRIMERO. 199. tudes , cuyos extremos son viciosos. To- dos los aítos con que el entendimiento proporciona los medios para alcanzar la virtud, son efeóto de la Prudencia : por lo que, quien obra precipitado sin pen- sar cómo ha de conseguir el fin , se lla- ma imprudente. | $ La segunda virtud Cardinal es la Jus- ticia : la que enseña dar á cada uno lo que es debido. Quien da á Dios el culto, adoracion y estimacion que se le debe, exercita la Justicia: quien á los hom- bres, si son mayores , trata con respeto; si inferiores, con amor y blandura; si iguales, con aprecio y caridad ; exerci- ta la misma virtud , y puede llamarse varon justo. ó La tercera virtud Cardinal es la For+ taleza: su oficio es dar ánimo al alma para vencer el temor de las dificultades, que pueden encontrarse en el exercicio de todas las demas virtudes. Con ella se moderan tambien las pasiones de la con- cupiscible. ia La quarta es la Templanza : inclina á sosegar los apetitos del ánimo., y po- ne modo en las acciones humanas. Sirve