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196 TRATADO QUINTO. honrosa y honesta! ¿Pero quién Conoce el valor de las cosas mejor /que el mismo Dios ? Pues este Señor Omnipotente no á puede dexar de enamorarse de quien tie- ne virtud, ni puede dexar de disgusta. le quien no la tiene. ¿Lo que enamora pues al mismo Dios, no debe tambien aficionar al hombre? , Centrayendo esta materia á los No. vicios, á mas de estos motivos tan po. derosos, tienen otros para cobrar aficion desde el principio de su conversion ¿4 la virtud. Ellos para dar satisfaccioná Dios de las culpas cometidas en el si. | glo, que es el fin por qué tomáron elsan- | to Hábito , deben desarraygar de su c0- 1 razon los vicios que pueden fomentaren AN sus almas las mismas culpas que ya de , UN Xáron ; pues esto no puede lograrse sin - el exercicio de las virtudes contrarias Los Novicios, perseverando en la Reli-. 3 gion, se verán cada dia obligados á em- plearse en muchos exercicios virtuosos pues la vida Religiosa es una continu série de obras buenas. Si un Novicio pues, haciendo ahora muchos actos de virtud, produce en su alma un hábito/ ñal 7 dto P e as mit