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mientoÓ tristeza. ¿Cómo pues de las pe | 160 TRATADO TERCERO. leves? ¿Á qué puede dirigirse el apeti- to de un Novicio? Á comer ó beber con un poto mas de ansia lo mismo que ya le dan tasado , hablar con aquel otro Hermano de su genio solo por gusto, cor regir un defeéto de otro Hermano por in: clinacion propia sin tocarle; y en ung palabra , todo lo que se de representa al Novicio como agradable Ó de conve- niencia propia en cosas ligeras, es el ob: jeto de las tres primeras pasiones de la concupiscible, amor, deseo y deleyte; pues otras cosas mas graves , como se le proponen tan repugnantes á su estado, no les suele mover el apetito. Del mise mo modo, una reprehension del Maes- tro, una advertencia del Hermano ma= yor ,una palabrita de disgusto, una mor. tificacion pública regular una: privacion de lo que le daba mas gusto , y otras co- sas semejantes así leves, que pueden ser desabridas á un Novicio , son el objeto de las otras tres pasiones de la concupis- cible, odio, fuga y tristeza ; pues. el tra= to que le da la Religion es “tal, que no puede hallar motivo grave de aborreci- o

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