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o ALAN AL. tito no aborrece por la pasion del odio, . tampoco huye de ello ni-le causa tris- teza el verlo presente, ni le aflige la desesperacion ni el temor; y-aun la ira, que es la pasion mas fuerte ,se funda, en que otro le priva de lo que ama , ó le hace pasar por lo que aborrece. De donde se infiere , que vencidas aquellas dos primeras pasiones , quedan sin fuer- zas todas las demas. Por tanto, todas las razones se han de dirigir á sujetar á la razon estas dos pasiones de amor y odio. Supongo que estas dos pasiones con todas las demas preceden al entendimiento y á la vo- luntad del alma , que como razon su- perior las puede corregir y gobernar. olaa tambien , que el perjuicio de las pasiones consiste en apetecer como buenoy aborrecer como malo , lo que en realidad no es tal , sí solo en la apa- riencia : por loque el modo de corre- girlas es desengañar al apetito. Para que mejor se pueda comprehender pondré una paridad. Supongamos que en una casa se ha- Man estos tres iii un enfermo hi- Ar AA o