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CAPITULO” SEGUNDO. 135 quando en otra ropa mas basta manchas mayores apénas se divisan? El que en- tra en un jardin primoroso y rompe al- gunos tallos de aquellos arbolitos, que para hermosearle se criaban con tanta simetría , irritará sin duda al dueño del jardin, mas que si le cortara de un bos- que árboles grandes. El Noviciado pues es un jardin primoroso , cuyos arbolitos empieza el Señor á criar y nivelar, pa- ra que le sirvan despues de hermoso re- creo: por lo que, quien mueve á come- ter á algun Novicio defeítos ó culpas - leyes, que es lo mismo que quitar el me- dro á aquel arbolito , afea de algun mo- do la hermosura del jardin ; ¿y esto no irritará al Divino Jardinero? Vuelvo4 repetir, que debe temblar mucho un Novicio de hacerse tentador ,ó causa de.que otro se relaxe. | | Acuérdese dicho Novicio, que da á otro Hermano mal exemplo, quál fué su vida en el siglo, y si advierte que allá perdió algunas almas instigándolas á la culpa, sepa que tiene obligacion' estre- cha de poner los medios, para que los otros se muevaná obrar bien, ya per-