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106 TRATADO SEGUNDO. merece el Novicío en sus buenas obras, sí que disgusta á Dios. Á otros les insti. ga á obrar por respetos humanos ó tez mor de ser castigados ó reprehendidos, Esta intencion tambien es defectuosa, y en ella pueden mas fácilmente flaquear los Novicios. Áun despues de empeza. das las obras por amor de Dios y con san. to fin, suele Satanas introducir pensa. mientos de vanidad y amor propio, juz= gando que le alabarán los que le miran; siereste caso se dexa llevar de este ape= tito de alabanza olvidando el fin prime= ro, echará 4 perder la obra buena. Pero si renueva la primera intencion de dar gusto á. Dios, apartando aquellos pensa= mientos de vanidad como á tentaciones diabólicas , saldrá la obra perfecta y aun con el mérito de la nueva viétoria. Procure pues el Novicio obrar siem= pre con la intencion reéta de dar gusto á Dios, para sacar fruto de tantas buenas obras;y aparte de sí todos los fines tor- cidos, y humanos respetos, que destru=- yen toda la substancia y mérito de sus trabajos. Para conocer el Novicio si en realidad obra con fin reóto de agradar á.