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CAPITULO QUARTO. tambien porque Jo merece mas la Virgen que los demas justos , por la dignidad de Reyna de todo lo criado y Madre del mismo Dios, El segundo motivo es, por la necesidad que tienen las almas de su amparo ; pues María Santísima es quien .aplaca al. Divino Juez irritado por las humanas culpas, es la dispensera de to- dos los tesoros del Omnipotente , y la puerta por donde han de pasar las súpli- cas y peticiones de los hombres , para que salgan bien despachadas del Trono de Dios. Supuesta la gran necesidad y utilidad de la devocion á la Virgen, pue- de exercitarla el Novicio obsequiando á A «esta gran Madre con los aétos siguientes, Primero: Ayunar los Sábados á hon- ra suya: Segundo: Rezar el Oficio Par- vo, Corona ó Rosario con-la atencion - Que : corresponde ; á quien está hablando entónces con la Reyna del Cielo. Terce- ro: Decir una Ave María cada vez que toca. el relox. Quarto: Al ver alguna Imá- gen de la Virgen saludarla, diciendo en su corazon: AVE MARÍA PURÍSIMA, - Quinto: Estar tan constante en confesar - la Inmaculada Concepcion de María San- G2