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CAPITULO SEGUNDO. 85 ta oracion con todo el afecto posible , y del modo que se explica en el Capítulo de la oracion vocal. | Estando para concluir las gracias ,con- siderará que Jesu Christo al consumirse las especies sacramentales se aparta cor- poralmente de su pecho , por lo que le di- rá: Señor , yo sé que en quantas casas en— traste viviendo en este mundo las llenaste de bendiciones ; y es propio de Monarcas el hacer algun favor especial al que tiene la fortuna de bospedarles. Dexad pues en mi alma alguna gracia, que dé á conocer que babeis estado conmigo. Yo de mi parte quie- ro tambien regalaros algo ántes de vuestra partida : y así os ofrezco estar boy mas de- voto y fervoroso que los otros dias, de mo- do que todos conozcan, que os be tenido bos- pedado en mi corazon. Os prometo tambien bacer tal obra de penitencia , tal exercicio de virtud (señalando aquí cada uno aque- llo que su fervor le diéte). Despues co- mo despidiéndose , añadirá : Señor, cor vuestra bendicion me. voy d cumplir lo que me tiene ordenado la obediencia; y se par- tirá rezando algun Salmo ó devocion por las Almas. Mas si han de subir los Novi-

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