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(90) me propuse al. principio; pues Je confieso; que. sin li- bertad ha seguido la pluma enla mano los impulsos del espíritu. Bien conozco mi exceso , y que de Histo- riador he pasado á Predicador, de las Misiones á Mi- sionero ; pero todo nace de un corazon encendido; pues le aseguro con «ingenuidad: que luego que me instruí 4 fondo de las circunstancias raras de esta gran Mision , al ver que por fines altísimos abre Dios una puerta tan espaciosa , y amplia á la christiandad en aquellas Provincias del Oriente :.la bella disposicion de aquellos Naturales , y que por: falta de Operarios Evan= gélicos no se acaban de convertir aquellos vastísimos Reynos, quedé todo inflamado; y á no detenerme loslazos que V.md. sabe ,creo me hubiera ido ya al Asia (con las licencias necesarias) á trabajar personalmente en «esta santa Mision. Pero ya que esto no me .es posible en las circunstancias presentes , quiero desahogar mi espíritu; coadyuvando del modo que pueda, excitando. , acon- sejando , y exhortando á otrós. Y como V.md . se ha- lla en ese célebre Seminario , me pareció conveniente (guiado acaso «de superior impulso ) hacer este: breve exhorto, para que. aficionados tambien los demás Com= pañeros Seminaristas (que es muy regular vean «esta mi Carta ) puedan cooperar ahora , 6 en adelante por sí , Ó por otros , gobernados siempre por el diétamen, fervor, y espíritu: de sus sapientísimos Maestros , para que así en nada puedan errar. 139 De ésta «suerte tendré yó la: agradable gus- tosasatisfaccion de haber acertado 4 complacer á: V.md: sujetando , como Católico Apostólico Romano, á la in- falible censura de. nuestra Madre la Iglesia quantos ras= gos ha formado mi débil pluma en: esta Carta , con los mas leves impulsos de mi rendido corazon : sin que sea otro mi ánimo , que 4 quanto llevo dicho hasta aquí se le dé mas fé que la que se merece una historia puramente humana: en cuya creencia, obse- quio , y culto de nuestra Madre la. Iglesia quiero gus- tosísimo-, y debo obligadísimo sacrificar hasta los últi- mos