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(64) modo de poder conservar el comercio con dicho Reyno del Thibét , sino tambien el de remitir el dinero, que fuese necesario para la manutencion de los Misioneros. Informó tambien del estado de aquel Reyno , la. facili- dad que manifestaba de convertirse , y el buen recibi- miento, que tuvo, así del Rey , como del Supremo Gran Lama (que es el Sumo Sacerdote de aquel gran Reyno) de quien dependen todos los demas Lamas inferiores, que tienen el cuidado espiritual de aquellas vastas Pro- vincias. 95 Informó tambien del mucho tiempo que gasta- ron para poder aprender algun poco la lengua , en la que procuraban instruirse por el camino; y que habiéndose presentado al Rey , y Gran Lama, fueron de ellos be- nignísimamente recibidos , por ser de muy buena índole “ambos. Habiendo entendido el Rey el fin de su veni- da, ordenó al Padre Prefeéto , que le diese una relacion por escrito , en la que se contuviese aquella ley, que de- cian venian á enseñar , y predicar : lo mismo pidió el Gran Lama. Así lo executaron los Misioneros en len- gua Thibethina, y en el mejor modo que pudieron .ex- plicarse. 96 Despues de algunos dias volvieron á- la presen- cia del Rey para saber qué juicio habia hecho del es- crito; y sin detenerse aquel Príncipe, les dió por respues- ta las siguientes palabras: Sabed, 0 Lama (así llaman á los Sacerdotes), que siempre me ba parecido buena la Ley que yo , y todos los demi Reyno bemos profesado, como nutridos en ella: mas te confieso, que la tuya, que dices vienes á enseñarnos, me ba parecido mejor. Le re- plicó. el Padre Prefeéto , que yá que el Señor por su infi- nita misericordia le habia dado este conocimiento ,es- taba obligado á seguirla, y abrazarla , disponiendo tam- bien el modo para que todo el Reyno la admitiese. A lo qual respondió el Rey : Lama ,mo es todavia tiempo: aprende tú, y los tuyos bien la lengua , y empieza 4 en- señar, y predicar esto mismo que me bas dicho, y escri- to en esta instruccion: por abora no bay necesidad de otra